jueves, 13 de enero de 2011

Consumismo: ¿Semblante de libertad?

La máscara que forma nuestro semblante de libertad nos oprime tanto que llega a asfixiarnos. La ilusión se rompe y queda al descubierto la evidencia que todos y todas nos afanamos en ocultar: somos esclavos y esclavas del consumismo.
Consumimos todo lo que podemos, agotando los recursos naturales, lo que acabará por destruir no sólo el mercado, sino nuestro planeta. Podéis decir que se trata de un planteamiento exagerado, pero ¿no estamos ya sufriendo las consecuencias de nuestras acciones? ¿A qué vamos a esperar? ¿Sacrificaremos el futuro?
Mirémonos en el espejo: seres grotescos que trabajamos y vivimos para consumir, manteniendo nuestra propia perdición. No nos atrevemos a mirarnos; no queremos. Nos ponemos nuestro antifaz y, como en un cuento poeniano, nos dejamos llevar por la mascarada y, cual avaro príncipe, nos escondemos en habitaciones cada vez más profundas y oscuras, a la espera de lo inevitable. "Y la vida del reloj de ébano se apagó con la del último de aquellos alegres seres"

1 comentario:

  1. Lo peor de esta situación es la forma en la cual los individuos de nuestra sociedad no se dan cuenta de que toda su vida circula al rededor del propio consumismo, convirtiendose en su razón para vivir.

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