viernes, 23 de diciembre de 2011

Última entrada del año...

Finaliza 2011. Y ya puede cumplirse la profecía de los mayas, tirarse del pelo Nostradamus y decir lo que quiera El Fumador de Expediente X sobre la conspiración del Gobierno y la invasión alienígena del 22 de diciembre de 2012, que la vida sigue por encima de todo.

Muy propio de estas fechas son las canciones navideñas... Qué recuerdos. Puede que las personas que me conozcan sepan ya la historia (o puede que no): "Los villancicos y yo; una historia de amor-desamor" (suena mal, pero no se me ocurría otra cosa)  Cuando tenía cuatro años, pasé un verano entero escuchando villancicos. Mis desafortunados progenitores (aunque mi madre reivindica que es progenitora) tuvieron que aguantar horas y horas de tortura musical. Eran mi "canción del verano". El disco debió quemarse de tanto usarlo y yo quedé saturada, aunque el otro día lo pasé pipa cantando villancicos con mis compañeros y compañeras del colegio...

No quiero desviarme mucho del tema de la entrada...

¿Tenéis propósitos de Año Nuevo? Esos que dices y luego no haces. Algunos de los míos fueron: "No comer chocolate. (Esta es la última tableta, lo juro)", "Estudiar al día. (Pero empiezo mañana, que todavía tenemos poca materia)",  "Mantener el armario ordenado. (Ahora no, que no tengo tiempo)" o "Pasar menos tiempo con el ordenador. (¡Mira, ya estoy en Twitter!)" Empiezas enero cargada de energía, "este año sí, los voy a cumplir". Pasan un par de días y ya se sabe... "Esta es la última vez, y comienzo de nuevo" Aún así, sigo y seguiré haciendo mis propósitos. Que no se diga: "I want to believe"

Volviendo con los villancicos... El otro día me encontré canturreando "White Christmas" casi sin darme cuenta, así que, para acabar la entrada, os dejo la versión de Twisted Sister:
Felices fiestas a todos y todas, y que el 2012 venga acompañado de aquello que deseamos.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Imaginaerum, de Nightwish

Después de mucho tiempo de espera, tenemos por fin otro disco genial de Nightwish. Otro álbum chapó. El listón ya estaba muy alto con el Dark Passion Play, pero esta vez lo han superado con creces.
¿Cómo describir la música de Nightwish? Es como sumergirse en un cuento; la música perfecta para cerrar los ojos y dejarse llevar, lejos...
Esta vez, el álbum es muy variado; nada de metal sinfónico genérico. Podemos encontrar melodías folk y un tanto medievalescas, baladas, muchas orquestaciones, coros, algún toque árabe e, incluso, una canción estilo jazz y un poema.

Canción por canción:

La intro, Taikatalvi, es como una caja de música que se abre. El piano y la hermosa voz de Marco, el bajista, llevan el peso de la canción.
La orquestación y coros van apareciendo, preparándonos para Storytime, el que fue el primer single del álbum. La voz de Anette, sumada a la orquestación y el ritmo pegadizo hacen que sea un bombazo de canción.
Acto seguido viene Ghost River, en la que el señor Hietala cobra protagonismo una vez más y aparece un coro de niños. Tal vez se hace un poco repetitivo el trabalenguas del estribillo, pero al final acabas canturreándolo sin darte cuenta.
La cuarta canción es Slow, Love, Slow, la más lenta del disco, melancólica y sensual, con toques jazzísticos. Tal vez sea la canción que más se aleja de lo que alguien espera encontrar en un álbum de Nightwish, pero, oye, es realmente hermosa.
Después, I Want My Tears Back nos lleva a otros lares. Se trata del tema más folk del disco. Me encanta la parte en la que la gaita y la guitarra parecen "disputarse" los solos. Se me viene inevitablemente a la cabeza la imagen de gente bailando alrededor de una hoguera en una noche de verano.
La siniestra Scaretale es una canción dura y teatral, con Anette cantando como si fuese una bruja mala y Marco como si presentase un circo.
A continuación, es el turno de Arabesque, una pieza instrumental que hace que te sumerje en una atmósfera oriental y misteriosa.
Luego viene Turn Lose The Mermaids, una hermosa balada de aire calmado y melancólico, un tanto medieval.
Rest Calm es un tema muy logrado, que tiene perfectamente repartidos los momentos más "agresivos" y la melodía principal, interpretada por Anette (que, por cierto, me recuerda a la banda sonora de Pocahontas)
The Crow, The Owl And The Dove es otra agradable balada en la que Marco canta a dúo con Anette.
Rápidamente llega Last Ride Of The Day, al más puro estilo nightwishero. Más rápida, con coros y mucha orquesta.
Agárrate, porque toca Song Of Myself y es simplemente impresionante. Equilibrio perfecto entre las partes más cañeras, las más calmandas, los elementos orquestales y los impresionantes coros (que son mi debilidad, jeje) A partir del minuto 7, se recita la letra en forma de poesía, por diferentes personas, con la orquestación en un segundo plano.
Como epílogo, la orquestal Imaginaerum, cierra el álbum.

Lo que menos me gustó: esperaba más canciones "guitarreras" (a ver si le dan más importancia a Emppu) y que Marco tuviese más protagonismo.

Mr. Tuomas Holopainen se ha superado a sí mismo una vez más y nos ha dejado esta joya. ¿Disco del año? A lo mejor es un poco atrevido, pero, desde mi punto de vista, lo es. Recomendadísimo!!




domingo, 13 de noviembre de 2011

Crónica: Scorpions en Lisboa. Make it real!



Lisboa, 11 – 11 – 11. Era la noche. Después de un accidentado viaje plagado de malos sustos (como que nos robaran y nos viéramos sin dinero en la capital portuguesa...), había pasado la cola que casi rodeaba al Pabellón Atlántico. Había esperado más de una hora sentada en una de las gradas más cercanas al escenario. Por fin. ¡Por fin salían a escena los Scorpions, mis ídolos! El recinto estaba lleno. Y es que los Scorpions son una de las bandas más sobresalientes y carismáticas del rock. En directo, juntan buenos temas con una actitud cercana al público y una forma desenfadada, profesional e intensa de estar en el escenario, y eso es algo que se refleja en el éxito y permanencia de la banda, y en la cantidad de gente que había ido a verlos esa noche.
Lo primero que tengo que decir es: ¡¡NUNCA HABÍA GRITADO TANTO EN TODA MI VIDA!!
El público chillaba, mientras el quinteto  comenzaba a tocar “Sting In The Tail”. El escenario estaba lleno de pantallas con dibujos de rosas rojas. Todo el mundo a corear el “hail, hail, sting in the tail”. Allí estaban Rudolf Schenker, con su clásica Flying blanca y negra (que cambió muchas veces, al igual que su camiseta), Klaus Meine, con su espectacular voz y ataviado con su sempiterna boina, Matthias Jabs, con su Explorer, James Kottak, arriba, en la batería, y Pawel Maciwoda, con el bajo. Continuaron con “Make It Real”, y, sí, fue real, no fantasía, aunque yo creía estar en un sueño. Una parte de mí no creía que estuviese allí, viendo a los Scorpions en vivo. Luego vino “The Zoo”, canción en la que Matthias rugía (o eso me pareció), y Klaus repartía baquetas entre el público. Con cada canción, las imágenes en las pantallas cambiaban. “Loving You Sunday Morning”, clásico tema del Lovedrive, disco del 79, nos puso a cantar “Uuh ahh guapapapapapa”. Seguidamente, vino la instrumental “Coast To Coast” (en la que Klaus tocó la guitarra) Uno de los momentos más emotivos de la noche fue durante “The Best Is Yet To Come”, una canción que tuvo la capacidad para hacer cantar a todo el pabellón. Klaus se deleitó haciéndonos corear el estribillo una y otra vez. Pero mucho más se entregó el público con “Send Me An Angel” y “Holiday”, clásicas baladas de la banda. Klaus no paraba de poner el micrófono para que cantásemos, y de hacer gestos para que lo hiciésemos más y más alto. Después de estas canciones suaves, fue el turno de “Raised On Rock”, tema que abre el álbum Sting In The Tail. Inmediatamente, llegó el momento del solo de batería de James Kottak, el “Kottak Attack”. Mientras el batería de Los Ángeles interpretaba su solo, se proyectaba un vídeo (puede verse aquí) en el que aparecía él dando vida a las portadas de los Scorpions, muy entretenido. A la mitad del solo, exclamó: “Just three words: YOU KICK ASS!!!” Luego, se subió encima de la batería, se descamisó y bebió un vaso de cerveza mientras tocaba con los pies (y, sí, la mitad de la cerveza fue fuera). El solo acabó con la interpretación de la portada del Blackout en las pantallas. Aullamos, porque sabíamos lo que venía, y comenzó “Blackout”, tema muy celebrado. Rudolf salió ataviado con una máscara, vendas y tenedores en los ojos, al estilo de la portada del disco. Posteriormente tocaron “Tease Me Please Me”,  (las pantallas se llenaron de siluetas de mujeres), el “Six String Sting” (el solo de guitarra de Matthias Jabs) y “Dynamite”, probablemente la canción más dura de todo el set. Luego vino “Big City Nights”, tema  bien conocido y con el que “se despedían”.
Las luces se apagaron, pero al poco tiempo volvieron a aparecer Klaus y James, sonriendo, señalando al público, como diciendo “eh, mira, ¡pero si todavía están ahí!” Así que la banda se puso a tocar “Still Loving You”, y todo, las pantallas y las luces, era de color rojo pasión, muy adecuado para la balada, una de las más conocidas de la banda. Me fijé que detrás de mi había una pareja besándose, ¡qué bonito! ¿Qué canción vino después? Klaus comenzó a decir que el mundo cambiaba, que estaba cambiando: el  famoso himno “Wind Of Change”, cantado palabra por palabra por el público. El color del escenario era, esta vez, violeta. Impresionante interpretación. Para continuar con la racha de canciones notables, llegó el subidón con “Rock You Like A Hurricane”, un tema muy cañero y endiabladamente pegadizo, con el que entran ganas de subirse encima de la butaca y bailar. Realmente, nos “rockearon” como un huracán. La canción encargada de acabar el concierto fue “When The Smoke Is Going Down”. La banda se despidió, dando las gracias al público (no es que yo sea parcial, pero nos portamos: nos sabíamos todas las canciones e incluso les cantamos el “oé-oé”, cosa que debió de gustarles bastante) Y nosotros nos quedamos parados allí, esperando a que se produjese el milagro, a que la banda volviese a salir con otra canción, pero no hubo milagro. Como dice una de sus canciones: “I wish this night could last forever, but it’s time to go.” (Desearía que esta noche pudiera durar para siempre, pero es hora de irse)
Un concierto estupendo, genial. Su actitud no fue, en ningún momento, la de una banda que va a retirarse. Rudolf no paró de correr de un lado a otro, dar saltos al ritmo de la batería, tocar sin parar de moverse con la música y hacer poses estilo “guitar hero” (hubo un momento en el que se colgó la guitarra del cuello y comenzó a dar vueltas y más vueltas) Matthias estuvo sorprendente, enérgico (por cierto, me encantaba su camisa) Klaus estuvo muy conectado con el público, lanzando baquetas, haciéndonos cantar todas las canciones, y se permitió hacer algún bailecito, tocar la pandereta e incluso se subió encima de Rudolf y Matthias para hacer la típica pirámide humana tan “escorpionera”. James y Pawel, geniales: James, muy divertido y esforzado; Pawel, muy animado,  parecía el más serio del grupo y se desenvolvía con total confianza. A todos ellos se los veía contentos, desahogados y disfrutando con lo que hacían.
¿Qué decir? ¡Que no había gritado tanto en toda mi vida! (tanto que dolía) Que canté todas las canciones, que me emocioné con las baladas, que casi lloro cuando se despidieron. ¡¡Que me muero de ganas de volver a verlos!! ¡Scorpions, tenéis que venir a España! Come to Spain!!  Como fan dura de roer, sigo creyendo que “The best is yet to come”.  En definitiva, una noche para recordar. Still loving you, Scorpions.



Os dejo algunas fotos que tomé durante su actuación: 







martes, 1 de noviembre de 2011

Sobre vampiros y derivados


Es un hecho: los vampiros están de moda. (Está tan claro que la persona que no se haya enterado debe haber pasado los últimos años confinada en un ataúd) Se han impuesto en las editoriales juveniles, y también en la gran pantalla. No se puede negar que durante estos años, los “atractivos” (para algunas…) “neovampiros” han tenido un éxito espectacular.
Personalmente, esta reinvención del género no me inspira simpatía, prefiero los viejos clásicos y el folklore tradicional, pero no voy a dedicarme, en esta entrada, a hablar sobre historias de aparecidos, ni ha tomar parte en la pelotera que tanto se lleva “vampiros de verdad vs. vampiros modernos” (el tema está muy visto ya); me gustaría  dar a conocer una curiosidad: la personalidad vampírica. Según he leído, parece ser que la respuesta emocional de quien ve películas o lee libros de este género de forma habitual es tan satisfactoria que hace que los fans se sientan parte del mundo vampírico, yendo más allá de la identificación normal de las personas con los personajes de cualquier historia, y que, en casos extremos, puede desencadenar una obsesión enfermiza que lleva a actuar a las personas como verdaderos aparecidos.
Como buena seguidora (y neófita también) de Expediente X, todo esto me recordó a  un capítulo (cuidado con los repartidores de pizza con pupilas fosforescentes!), aunque no voy a seguir por ahí, porque la entrada podría derivar hacia el chupacabras y de ahí a Tercer Milenio…
Hablando de todo un poco y para dar un final desenfadado a la entrada (ya sabéis, me encanta acabar las entradas con un poco de música),  os dejo una canción de Whitesnake titulada “Night Hawk: Vampire Blues” (y bien majo el “vampiro” muajaja): 

miércoles, 26 de octubre de 2011

Rima

¿Que no hay alma? ¡Insensatos!
Yo la he visto: es de luz...
Se asoma a tus pupilas
cuando me miras tú.

¿Que no hay cielo? ¡Mentira!
¿Queréis verle? Aquí está.
Muestra, niña gentil,
ese rostro sin par,
y que de oro lo bañe
el sol primaveral.

¿Que no hay Dios? ¡Qué blasfemia!
Yo he contemplado a Dios...
En aquel casto y puro
primer beso de amor,
cuando de nuestras almas
las nupcias consagró.

¿Que no hay infierno? Sí, hay...
Cállate, corazón,
que esto bien, por desgracia,
lo sabemos tú y yo.
- Rubén Darío. 


jueves, 22 de septiembre de 2011

Llegó el otoño... (sin que me diese cuenta)

Os dejo un hermoso poema de John Clare:

 Otoño
“Por el aire vuela el cardo, aunque el viento esté sereno,
ahora yace en la hierba, y ahora sube raudo el otero,
borbotea como puchero el agua de la fuente
por incontables piedras resbala candente.

Reseca y agrietada está la tierra como pan recocido,
de la pradera nada queda, y los juncos han todos perecido.
Los campos en barbecho refulgen como agua,
tiemblan las telarañas, y vuelan de mata en mata.

Las cumbres brillan al sol como hierro al rojo,
y los ríos a su paso se funden en oro;
llama ardiente es la tierra, oro líquido lo aéreo,
allí donde miro Eternidad sólo veo”.
- John Clare.


lunes, 15 de agosto de 2011

Crónica: Europe en Brincadeira 2011




Joey Tempest, durante "No Stone Unturned".


Resultó ser el sábado 13 de agosto cuando tuve la oportunidad de ver a este genial grupo en directo. Actuaban como cabeza de cartel del Brincadeira Festival, en Ordes, A Coruña, y desde Asturias nos movimos para disfrutarlos. Europe no empezaba hasta la 1:30 de la madrugada, pero entramos al recinto sobre las 11:30, ya que mi padre quería ver a la banda madrileña Burning.

Una vez finalizada su actuación, empezó la larga espera. No podía quitarle ojo al escenario, cómo cambiaban los instrumentos, el equipo de sonido, etc.; tampoco era capaz de dejar de mirar la hora cada cinco minutos. A la 1:30 todavía no habían aparecido; no podía con los nervios. “¡Se están haciendo los suecos!”, decía mi padre.
 
John Norum, durante su solo.
 
Por fin, comenzó a sonar la intro instrumental y los músicos salieron a escena entre aplausos. La introducción vino seguida del tema “Last Look At Eden”, (del mismo nombre que su último disco), perfectamente interpretado. Sin apenas un momento de descanso, arrancó “The Beast”, también de su último álbum. Después llegó el momento de ir atrás en el tiempo, para “Superstitious” y “Scream Of Anger”. Joey Tempest no había parado (y no había quien le fotografiase, tanto moverse...), dando vueltas, saltando y jugando con el micrófono (y con el pie del micro, también) Un gran momento de la noche fue cuando tocaron la conocida balada “Carrie”. Todo el público coreó el estribillo. El cantante se tomó un respiro durante el solo de John Norum, quien demostró ser un excelente guitarrista. Sin perder tiempo, Joey (que a lo largo de la noche se atrevió con algunas palabras en español, como “¡¡Venga, coño!!”, para animarnos a cantar) salió al escenario armado con una guitarra para “No Stone Unturned”, impresionante canción del “Last Look At Eden”. Continuaron con “Let The Good Times Rock” y mi balada favorita del grupo, “New Love In Town”, que grabé entera. Lo admito: se me caía la baba. Otra vez se apagaron las luces: “And now something competely different!”: comenzó a oírse la banda sonora de Guillermo Tell, era la hora del trepidante solo de batería de Ian Haugland. Luego tocaron “Seventh Sign”, “Cherokee” y “Love Is Not The Enemy”, no recuerdo en qué orden. ¿Qué vino detrás? La alegre y genial “Rock The Night”, otro gran momento de la velada. Al acabar, dándonos las gracias, se fueron del escenario, pero no tardaron mucho tiempo en regresar para presentarnos “Doghouse”, una canción del que será su próximo disco (Joey nos explicó que aún les quedaba un concierto en Noruega, antes de que se metieran en el estudio para grabar otro álbum, que saldrá en 2012 y hará que vuelvan nuevamente a la carretera); eso sí, no sin antes cantar, junto con todo el público, “Happy Birthday” a Ian, el batería, que cumplía años y fue “bañado” en champán por el sonriente y enérgico vocalista. Haugland, tras el cumpleaños feliz, declaró algo así como “que nos quería a todos, y que le gustaría casarse con todos nosotros y tener un montón de hijos” (claro, en inglés utilizó “you”, que engloba los dos géneros, nos quería a todos y a todas) Finalizada “Doghouse”, llegaron los que para muchos fueron los minutos cumbre de la noche: la tatareada, televisiva, celebérrima ¡“The Final Countdown”! Daba lo mismo que fuesen más de las tres de la madrugada, no importaba el cansancio o el sueño: todo el mundo saltaba, cantaba, coreaba el ritmo, y bailaba; una auténtica fiesta. Fue el broche de oro para un show brillante (y no lo digo solo por la iluminación). Realmente, Europe “rockearon la noche” y nos brindaron casi dos horas de buen hard rock. La banda se despidió satisfecha, tanto por su trabajo como por el nuestro (consistía principalmente en cantar a voz en grito toda canción interpretada y brincar), agradecieron nuestra presencia una última vez y abandonaron el escenario.


Le tomo la palabra a Joey, espero verlos el año que viene otra vez en España, porque, ciertamente, dejan claro quiénes son y porqué han llegado a donde están ahora: entre una de las más reconocidas bandas de su género. Europe rocks!

miércoles, 20 de julio de 2011

Mini crónica del Sonisphere Getafe 2011


Getafe, Madrid. 16 – 06 – 2011. Tenía parte de razón aquel que dijo que la vida da muchas vueltas. Hace unos años, mi padre y mi madre, preocupados por la evolución de mi gusto musical, decidieron llevarme a ver un musical “horterilla”, para que abriera la puerta a otro tipo de música que no fuese la clásica. La culminación de esa “evolución” se hizo palpable el pasado sábado, mientras esperaba, ilusionada y un tanto nerviosa, a las puertas del Sonisphere Festival en Getafe. Creo que no pasa día en que mis progenitores no se arrepientan de haber tomado aquella decisión, sobre todo mi padre, que aguantó las ocho horas que estuvimos allí metidos.



Perttu!!
Tras el concierto de Mastodon (del que vi solo la última parte, brutal), Apocalyptica (que volvieron loca a la audiencia con “Nothing Else Matters”, “Master Of Puppets” y “I’m not Jesus” entre otras; Eicca se quitó la camiseta y Perttu estuvo… uf!) y Dream Theater , me di una vuelta por el recinto y cotilleé por el mercadillo, que estaba de bote en bote, por cierto. Después de que Dream Theater acabaran, quedaba más de una hora para que comenzasen Iron Maiden. Ese tiempo lo pasé descansando sobre el césped artificial… No voy a mentir, la espera se hizo larga.

Iron Maiden

Eddie!
De pronto, las pantallas del escenario quedaron negras. Aquella era la señal. Acto seguido, comenzó a sonar el conocido tema de UFO “Doctor, Doctor”: Iron Maiden iban a empezar su show. Cuando terminó, las pantallas se encendieron y se retiró la tela que cubría el escenario, convertido entonces en una nave espacial. Por fin, tras la intro instrumental los británicos salieron a escena, acogidos por la ovación del público. Bruce estuvo impresionante, ¡qué energía! Primero tocaron “The Final Frontier”, y mr. Dickinson nos dio las gracias por estar ahí y la bienvenida a aquella “frontera final”. Según la canción que tocaran, cambiaban el telón. Interpretaron muchas clásicas, y también de “The Final Frontier”, su último trabajo. De pronto, apareció aquella imagen. Y grité de pura emoción. Sí, sí, ya llegaba “The Trooper”, y Bruce salió a escena con la típica casaca roja y la bandera del Reino Unido (no podía faltar). Estuvo bien ver a mi padre coreando, como todos los presentes, “Fear of the Dark”. A mitad del concierto apareció Eddie en el escenario, que tocó la guitarra e intentó atacar a los músicos. Luchó con Janick Gers guitarra contra guitarra (quien nos deleitó con sus solos e hizo virguerías con su guitarra, como lanzarla al aire y cogerla al vuelo o dale vueltas y más vueltas, como una rueda) Hacia el final, volvió a aparecer detrás de la nave espacial, pero debía de haber tomado esteroides, ya que esta vez era gigante. Durante todo ese tiempo, no podía creer que estuviera allí. ¡Estaba viendo a Iron Maiden! Creo que no se me quitó la sonrisa de “niña con caramelo” de la cara durante toda la actuación. Después de unas canciones, abandonaron  el escenario, para volver al poco tiempo con “The Number of the Beast”, otro de los grandes momentos del concierto, y apareció  Satán sobre la nave. Poco después, se despidieron definitivamente. Impresionantes.
Un concierto genial de la "doncella de hierro". Solo puedo decir, "Up the Irons!!"

Quedaba una hora para el siguiente concierto = vuelta al césped artificial a descansar.

Twisted Sister
Dee Snider, se comía al público.
Volvieron a apagarse las pantallas. Era la hora de Twisted Sister. Os seré sincera, fue el concierto que más me gustó (ya sabéis que me encanta la música de los años ochenta) Lo hicieron genial, y Dee Snider no paró quieto en todo el concierto. No llevaba su traje de cavernícola, pero parecía que en cualquier momento iba a saltar ente el gentío y ponerse a devorar al público. Se comía a la audiencia, ciertamente (en sentido figurado, ¿eh? Nada de canibalismo) La banda agradeció nuestro apoyo, y mandó encender las luces más potentes para iluminar a todo el público y poder de ese modo grabarnos con las manos bien arriba. Dee estuvo muy gracioso y cercano, no paró de gastar bromas al los fans y hacernos participar en las canciones. Cantó con nosotros en español los “huevos con aceite” (momento teniente de la canción "We're not gonna take it"), momento muy agradable y divertido. Durante la balada, Dee mandó apagar las luces del escenario y que encendiésemos los mecheros y/o móviles. Fue muy bonito ver todas esas pequeñas luces moviéndose de un lado a otro, como un oleaje de medianoche. No faltaron canciones como "SMF" o "The Kids Are Back". Y cómo no, Dee cumplió con su clásica retaíla de tacos (mucho "sick motherfucker" para todo y todos, incluído el público, y más palabras que empiezan por F...) Cuando tocaron “I Wanna Rock”, todos participamos gritando “rock!!” y de pronto dijo algo como: “So, you wanna rock… or you wanna… fuck?” y nosotros: “Fuck!!!!” Y él contestó de cachondeo algo así: “We can fuck now, but it would be a bit weird…” De este modo nos pusimos a cantar “I Wanna Fuck”, increíble. Cuando nos dijo que dejásemos ya el fuck y volviésemos con rock, seguimos cantando fuck jajaja. El concierto duró bastante, y no hace falta decir que lo pasé como una enana y no paré de reír con las ocurrencias de mr. Snider, quien demostró ser un total animal de escenario. Nos dejó “still hungry” y con ganas de más. Un concierto genial, sí señor.


Después de Twisted Sister, alguien estaba tan cansado (adivinad quién…) que no aguantaba más. Así que nos despedimos del Sonisphere e intentamos volver al hotel sin perdernos (intentamos, porque, como de noche todos los gatos son pardos, nos equivocamos de desviación y por poco nos vamos a Toledo).


P.D.: Sé que Marcos, el chico con el que había quedado y al que perdí de vista cuando Apocalyptica estaban tocando, se lo ha pasado en grande y que aguantó hasta el final, fiel a Lacuna Coil y a Scabbia, y que mereció la pena, así que desde aquí le envío un saludo =) Rock on!!

miércoles, 15 de junio de 2011

Otro curso que se va...

Parece mentira que el tiempo pase tan rápido. En un parpadeo, estoy plantada en el último día de clase, reconociendo que me da un poco de pena acabar este curso.
            Al final, y contra todo pronóstico, algo aprendimos (que no es poco), como el caldo de cultivo de Pasteur (que está rancio, es mejor no probarlo), “Il Gattopardo”, las teorías de Rousseau, las derivadas de mates y un montón de cosas de "culturilla general". Nos entró un miedo irracional (o no tanto) a caer en un universo paralelo y morir todos. Copiamos tantas veces mapas de Europa para las clases  de historia que, afortunadamente, ya sabemos donde situar Irlanda xD. Nos enfrentamos a nuestros primeros globales con inquietud, y, quienes estudiamos francés, descubrimos Expediente X y a Mulder.
            Por supuesto, no todo fue teoría y exámenes, creo que guardamos en el "cajón" del 2010-2011 un montón de recuerdos memorables, como la obra de Navidad, con aquellos Reyes Magos enfrentados a Papá Noel y sus fieles Renos, el "¡¡ña!!" de Luis, las caretas y los artículos de disfraces (y no tan de disfraces) varios para los vídeos de TIC, la "teta borracha" revolucionaria de filosofía, el asesinato de Julio César versión Alternativa o las "Producciones el cerdito sin oreja" . ¿Y el fin de semana en el Camino de Santiago, con Álvaro saltando por la ventana  del albergue, las ampollas en los pies o la "gran sobada" durante la misa del domingo (que quedará para la posteridad, junto con el resto de la marcha,  gracias a los vídeos de Lola, que se pasó todo el camino cámara en mano y grabándolo todo. ¡Grábalo todo, Pablo!)  Las coreografías de E.F., Marta cantando de una forma que muchos envidiarían, Cristina, desesperada, intentando enseñarme a bailar mínimamente el pasodoble, nuestra danza con el pulpito Paul (que fue el mejor del colegio!), nuestro “Tú sí que vales”… Con tanta broma “a lo Chuck Norris”, casi fundamos una religión. Tuvimos "momentos encerado", con Pablo y Jaime peleando en la pizarra por explicar dónde quedaban Las Leñas, para que nuestra tutora pudiese comprar helado por kilos. Hablando de comprar es obligado hacer mención al Quiosco Fonaco, una demostración de lo bien que son aprovechadas las clases de economía y como se aplican a la práctica. La clase aguantó, tenaz en su lucha contra el sueño, mi interminable presentación del trabajo de economía sobre la historia económica de Rusia, y el quién es quién que vino después (¡Roosevelt! No, no. ¡Kennedy! … Una pista, era un actor. ¡Ah! ¡Robert Redford!  xD), que al final resultó ser Reagan… Cosas.
            Sin duda, lo que ninguno de nosotros olvidará será el viaje de estudios en Francia. Poco dormir y mucho patear, bromas telefónicas y muchas horas juntos, lo que creo que fortaleció nuestros lazos notablemente. Una cantidad ingente de vídeos y fotografías han capturado para siempre la esencia de esa semana, y nos harán sonreír cada vez que los veamos. ¿Qué decir del baño de Gon, del vídeo que grabó Carmen de Silvela con el helio o de Mussa, el admirador de Marina? ¡Estoy segura de que los encargados del bateau-bus nos recordarán por nuestro griterío! Estábamos realmente emocionados. Nos hicimos miembros del Club de fans de Javi el conductor. Quisimos dar una vuelta en bici alrededor del Arco del Triunfo. Aprendí a “enchufar la planchaaaaaa” con Europe (esto fue un "momento teniente del metal" por las calles de París que pateó las cenizas de lo que había sido el mito de The Final Countdown). Hubo quien, con santa paciencia, me aguantó media hora sacando fotos y admirando los exteriores de la Casa de la Ópera (deformación literaria y cinematográfica xD) No olvidaré fácilmente como, tras haber pedido a una limpiadora con un francés exquisito que me abriera la puerta porque me había olvidado la llave, me metí (sin querer) en una habitación que no era la mía (ni siquiera era de nuestro colegio) y salí corriendo, pálida, escaleras arriba…. Luego llegó Disney. Todos volvimos en parte a la infancia. Creo que todavía oigo vuestros gritos en el Space Mountain, y veo claramente como intentasteis que montara…
          Quiero decir que me lo he pasado genial este curso, y que tengo que dar las gracias a todos/as los que lo han hecho posible, y por eso les dedico esta entrada. Estoy segura de que me he dejado en el tintero un montón de anécdotas, pero tenéis que recordar que soy el rostro del despiste. 
Sentíos libres para comentar si he olvidado cualquier cosa =)

miércoles, 18 de mayo de 2011

Oda a la Melancolía, de John Keats

1
No vayas al Leteo ni exprimas el morado
acónito buscando su vino embriagador;
no dejes que tu pálida frente sea besada
por la noche, violácea uva de Proserpina.
No hagas tu rosario con los frutos del tejo
ni dejes que polilla o escarabajo sean
tu alma plañidera, ni que el búho nocturno
contemple los misterios de tu honda tristeza.
Pues la sombra a la sombra regresa, somnolienta,
y ahoga la vigilia angustiosa del espíritu.


2
Pero cuando el acceso de atroz melancolía
se cierna repentino, cual nube desde el cielo
que cuida de las flores combadas por el sol
y que la verde colina desdibuja en su lluvia,
enjuga tu tristeza en una rosa temprana
o en el salino arco iris de la ola marina
o en la hermosura esférica de las peonías;
o, si tu amada expresa el motivo de su enfado,
toma firme su mano, deja que en tanto truene
y contempla, constante, sus ojos sin igual.


3
Con la Belleza habita, Belleza que es mortal.
También con la alegría, cuya mano en sus labios
siempre esboza un adiós; y con el placer doliente
que en tanto la abeja liba se torna veneno.
Pues en el mismo templo del Placer, con su velo
tiene su soberano numen Melancolía,
aunque lo pueda ver sólo aquel cuya ansiosa
boca muerde la uva fatal de la alegría.
Esa alma probará su tristísimo poder
y entre sus neblinosos trofeos será expuesta.
John Keats.
Versión de Gabriel Insuasti.







lunes, 16 de mayo de 2011

Un poco de música: Meadows of Heaven

Hoy os traigo una de esas canciones especiales, de esas que te hacen estremecer. Ayer estaba escuchándola, observando esa luz dorada de la tarde, de la que estoy enamorada, sobre la hierba verde, las hojas de los árboles, iluminadas a contraluz, y esa atmósfera de paz, grandeza, belleza palpable, y me dije: esta canción puede describir ese mismo sentimiento. Aquí la tenéis, la que, me atrevería a decir, es una de las mejores composiciones de la banda Nightwish.

lunes, 9 de mayo de 2011

Historia de una escalera de mármol en hora y media

Volvía a casa, tan tranquila, a las siete en punto. Llamé a la puerta, qué raro, la abuela no abría. Decidí, tras unos minutos, picar a la vecina, que me abrió. Una vez dentro, me lancé escaleras arriba. Al llegar a mi puerta, llamé con los nudillos. Nada. Probé con el timbre. De nuevo, nada. Esperé, pero nadie me abrió, así que me dirigí hacia el descansillo de la escalera, cerca de la ventana, y allí me senté. Encendí el mp4 y me puse los cascos sin prestar demasiada atención a la música que sonaba, y el tiempo comenzó a pasar. Cada diez minutos, me levantaba y volvía a llamar a la puerta, pero cada vez obtenía el mismo resultado, con lo que volvía a donde estaba. Al principio me decía:  No pasa nada, habrá ido a la tienda y se habrá retrasado. Es posible que esté dormida. Durante esa primera media hora, intenté continuar mi lectura de los cuentos de Hoffman, pero la luz (fría, gris, luz de nube, típica de Asturias) era demasiado débil, y tenía claro que no iba a levantarme cada cuarenta segundos para evitar que la luz del pasillo se apagase... Centré mi atención en la música. A estas alturas no hace falta aclarar que no tenía la llave. Tampoco llevaba conmigo el teléfono móvil. Más tarde, sobre las ocho, comencé a preocuparme. Seguía picando cada poco tiempo. Un montón de ideas descabelladas y temores me invadieron. Empecé a autotorturarme con interrogantes como: ¿Y si le había pasado algo a mi abuela, y yo, mientras tanto, sin poder entrar en casa, allí, sentada? ¿Y... si había muerto? ¿Qué iba a hacer? ¡Ay! Me levanté y comencé a caminar por el pasillo, y a subir y bajar escaleras, pero me inquietaba el ruido que provocaban mis pasos, condicionado por el hecho de llevar botas de estilo militar y amplificado por el silencio reinante, así que me apoyé en la pared. No quería estar más sentada. De vez en cuando, pasaba algún vecino. Creo que le di un buen susto, sin querer, a una vecina que salía del ascensor y vio mi sombra moverse antes de saber a quién pertenecía. A las ocho y media, volví a llamar a la puerta por enésima vez. Oí un ruido en la casa y... la abuela abrió la puerta. Allí estaba, tan tranquila. Una sensación de alivio me recorrió, pero no pude evitar que, en mi mente, desfilaran una multitud de palabras hermosas, biensonantes y exquisitas... (nótese el sarcasmo) Mi pobre abuela no me había oído y yo me había pasado una hora y media preocupada, sentada en la escalera de casa. Solo podía pasarme a mí.

(Relatividad, de Escher)

domingo, 24 de abril de 2011

Imágenes de unos días en París

¡He vuelto! Con el viaje de estudios y las vacaciones de Semana Santa anduve un pelín alejada del internet y del blog. Hoy os traigo algunas de las fotografías que tomé durante mi estancia en París:


























martes, 29 de marzo de 2011

Doctor Zhivago

Creo que se trata de mi película favorita. ¿Cómo explicar la sensación que produce? ¿Será que está muy bien hecha? ¿O la increíble interpretación de los actores? ¿La mirada de Omar Sharif, tal vez? ¿La fotografía? ¿O la música, esa música que llega al corazón?


La primera escena me parece una de las mejores. La procesión fúnebre atravesando la cruda estepa hasta llegar a un solitario cementerio... A lo lejos se aprecia un coro, que es cada vez más intenso. El chiquillo con las flores blancas para su madre. El cántico se detiene, solo suena el viento y, tras haber sido enterrado el ataúd, comienza a sonar la balalaika, Yuri levanta la vista: los árboles se agitan, las hojas vuelan hacia el cielo gris... 
Por alguna razón no puedo poner el vídeo, pero os dejo un link: Doctor Zhivago - escena primera

Hay muchas otras remarcables, pero me impresionó la cuando Lara se va. Él actúa como si fuera a volver a verla, para darle esperanza y para que se decida a partir, pero es patente la verdad: no hay sitio para Yuri y no van a volver por él. Zhivago se queda en la puerta, con sus maletas, comprendiendo que no puede hacer nada, que todo ha acabado. Mientras tanto, empieza a sonar la música una vez más. Desesperado e impotente, ve como el carruaje se aleja, entra en la casa, que está completamente congelada, y sube al piso de arriba, para poder ver el vehículo que se la lleva una vez más, hasta que desaparece...

Link de vídeo: La partida de Lara




Y, para poner punto y final, el tema de Lara, llamado "Somewhere, My Love":

miércoles, 23 de marzo de 2011

El seto de las zarzas

El otro día recordé aquellos libritos tan monos que leía de pequeña y con los que me crié, los de "El Seto de las Zarzas", y me dije que tenía que hablaros de ellos. En total son ocho historias ilustradas, muy entrañables. Los dibujitos son una pasada, crean una atmósfera rural, antigua y amena, en plena naturaleza, como un cuento de hadas protagonizado por ratoncitos adorables (mi favorito era uno llamado Fermín, que siempre se metía en líos y era, como por aquí decimos, un "trastu").  De las historias, las que más me gustan son "La escalera secreta" y "Cuento de Invierno".
La autora e ilustradora es la británica Jill Barklem.
De niña, quería ser como la ratoncita Hortensia (otra de las protagonistas de la historia) y vivir en un mundo como ese. En parte, eso no ha cambiado, siguen gustándome todas estas cosas, todavía hoy busco una atmósfera así. Como pequeña curiosidad, tengo desde los tres o cuatro años un peluche de un ratón al que llamé Fermín, y otro de una ratona a la que llamé Hortesnsia. Nunca me separaba de ellos y todavía andan por mi habitación.
Aquí os dejo algunas imágenes ^^ Espero que os gusten.